Por Guillermo García Salmorán

Para la revista DND, Diciembre de 2009

Un nuevo año se aproxima, y con él nuevas metas y sueños que cumplir. El 2010 será especial para todos los mexicanos de corazón, ya que celebraremos el Bicentenario de nuestra Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, además de que tendremos que redoblar esfuerzos para sacar adelante al país. Nuestros gobernantes nos pintan un panorama poco alentador, pero no hay que dejarse llevar por las tempestades. No es la primera vez que México está en crisis económica; de hecho, desde que tengo uso de razón los mexicanos hemos estado en aprietos y siempre salimos adelante. Lo peor que podemos hacer es darnos por vencidos.

Como practicantes de artes marciales y guerreros que somos, pongamos nuestro granito de arena para vencer cualquier obstáculo. Sigamos el ejemplo de esos grandes y admirables guerreros del Japón feudal, los Samuráis, quienes siempre iban hacia adelante sin importar que estuvieran heridos; nunca se daban por vencidos. Nuestro país es más que un equipo de futbol, México somos todos y muchas veces demostramos ser más mexicanos que los 11 jugadores que nos representan y que tienen todo para ganar y nunca lo hacen. Las artes marciales nos enseñan a no darnos por vencido, hagamos equipo y pensemos que el año entrante será mejor para todos.

Sintámonos orgullosos de nuestro México. Nuestra cultura es una de las mejores del mundo, junto con la china, egipcia, y griega; nuestra bandera es la mejor del mundo y nuestro hermoso Himno Nacional está entre los tres mejores de todo el planeta Tierra. Recordemos con agrado a nuestros héroes nacionales que nos dieron patria y libertad, que su lucha no quede en vano. Defendamos nuestra nación con todo el corazón y digámosle al mundo que la batalla que nuestros antepasados empezaron sigue en pie, en pos de un México mejor, con mejores oportunidades de trabajo, menos pobreza, mejor distribución de la riqueza, un gobierno más eficiente. No estoy hablando de una lucha de armas, sino de una lucha con inteligencia, donde cada quien haga lo que le corresponde desde su trinchera, siendo mejor padre, hijo, hermano, compañero, jefe, gobernante, arte marcialista o a lo que se dedique. Las mejores peleas no necesitan de armas, ni de patadas ni puñetazos. Un país con más de cien millones de mexicanos puede salir adelante si se lo propone. ¡Viva México!

Estamos finalizando un año más. Se acerca la temporada en que todos sentimos paz y armonía. Ojalá que no fuera sólo en estas fechas. En esta época que se aproxima, pensamos en todo lo que hicimos en el año que se va, si nos quedaron pendientes y qué tanto mejoramos. La Navidad nos sirve para reflexionar, buscar a los amigos que no veíamos desde hace años, estar con la familia y nuestros seres amados, acercarnos más a Dios y, ¿por qué no? comprar regalos al por mayor. Pero no olvidemos el motivo principal de esta celebración y que el mejor regalo es la presencia de una familia feliz y unida, ningún regalo, por más costoso que sea supera esto, porque al estar en familia nuestros corazones se llenan de alegría y todo problema desaparece como por arte de magia, no hay nada mejor que el calor de un hogar unido.

En esta Navidad, pensemos un poco en los demás, en aquéllos que no tendrán la bendición de compartir un pedazo de pavo ni de abrazar a un ser querido. Adornemos un arbolito lleno de amor y esperanza para todos, para que los enfermos sanen, que los que no pueden ver a sus familiares pronto se reencuentren, por un México sin violencia y un mundo mejor, que quienes no tienen un techo donde protegerse pronto lo encuentren, que cada adorno y esfera que coloquemos en nuestro árbol sea un deseo lleno de amor, para que el dolor más insoportable se transforme en una gran alegría.

Sigamos soñando, creando, imaginando, inventando y desarrollando, porque de esta manera es como surgen las grandes ideas que después se pueden cristalizar en buenos proyectos, que nadie nos detenga y cumplamos el mejor de nuestros anhelos. Hagamos magia juntos, para que los trescientos sesenta y cinco días del año nuevo sean de felicidad, de buena suerte, de paz y amor y de mucha salud. Demos gracias por la vida, por las oportunidades recibidas este 2009, por los triunfos y las derrotas y por practicar y aprender lo que más nos gusta: las artes marciales.

Les deseo que el próximo año sea mejor que éste. Que la comunidad marcial mexicana crezca y esté más unida. Que los que quieran competir y representar a México se les cumpla su sueño, que los que van empezando encuentren su verdadero camino y los que ya tienen experiencia enseñen con valores. A los que desean abrir una escuela y no han podido hacerlo por diferentes circunstancias que pronto lo logren. Y a los que aún no les ha cumplido su deseo, sólo les podemos decir que a veces a algunos les cuesta más a que otros, que a lo mejor unos necesitan intentarlo no tres ni cinco, sino diez ó quince veces más, pero nunca se den por vencidos tarde o temprano los objetivos se cumplen, si es que no nos derrotamos solos.

¡MUCHAS FELICIADES!
Guillermo García Salmorán


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