Por Zichao Chen, Wencen Lan, Guifen Yang, Yan Li, Xiang Ji, Lan Chen, Yan Zhou y Shanshan Li
Ante la constante inundación de información y las crecientes presiones que genera el continuo desarrollo de la civilización moderna, las personas se enfrentan cada vez más a problemas de salud mental que recién ahora se están investigando activamente.
Las enfermedades mentales son causadas por disfunciones cerebrales debidas a factores patógenos internos y externos que destruyen la integridad del cerebro humano y alteran su función.
La participación regular en ejercicio físico puede estimular la corteza cerebral y, al mismo tiempo, aumentar el suministro de oxígeno y nutrientes, lo que ayuda a preservar o restablecer el funcionamiento normal del sistema nervioso.
Junto con otros sistemas del cuerpo, el sistema nervioso constituye el sistema de regulación neurohumoral responsable de mantener el estado estable del cuerpo humano.
Este artículo es una revisión sistemática de estudios que investigan los efectos de la intervención con ejercicios en varias enfermedades neuropsicológicas comunes, como la depresión, el trastorno de ansiedad, el autismo y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
Además, analizamos los posibles mecanismos fisiológicos subyacentes a los beneficios inducidos por el ejercicio y las limitaciones del estudio que deben abordarse en futuras investigaciones. En muchos casos, la terapia farmacológica es ineficaz y trae efectos secundarios no deseados.
Con base en la literatura, concluimos que la intervención con ejercicios juega un papel positivo y que se deben establecer ciertos estándares en el campo para que la actividad física sea consistentemente efectiva.
La universalidad de las enfermedades neuropsicológicas pone de relieve la necesidad de tratamientos diversificados. Las intervenciones farmacológicas o conductuales no son adecuadas o eficaces para muchos pacientes.
Los estudios clínicos y en animales y los metaanálisis respaldan firmemente los beneficios de la intervención con ejercicios para aliviar los síntomas neuropsicológicos y la enfermedad en general.
Estos efectos positivos se producen a través de varios mecanismos fisiológicos y psicológicos. Especialmente porque las personas con trastornos neuropsicológicos tienen un riesgo significativamente mayor de comorbilidades potencialmente graves (Tyler et al., 2011), como la obesidad en los niños autistas, se necesita urgentemente más trabajo para estudiar y establecer la intervención con ejercicios como un estándar de atención en el tratamiento de las enfermedades neuropsicológicas y los problemas de salud coexistentes.
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Fuente: https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC7642996/
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