Por fin llegó el 28 de junio, día en que me reuniría con mi familia del Templo Shaolin de México.
Partí del aeropuerto de Vancouver y llegué a Thunder Bay, donde me encontraría con el Maestro Shi Heng Yi y otros estudiantes del Templo, lugar donde entrené por casi 5 años. Pero como dice Shifu Shi Yan Ming, el Templo está en tu corazón, y el Templo nunca salió del mío. Estaba muy emocionada de poder verlos cuando llegaron. Pocos minutos antes de que arribaran, el Maestro Peng YouLian y varios de sus alumnos se presentaron en el aeropuerto para darnos la bienvenida y trasladarnos a donde nos hospedaríamos.

Después de una entusiasmada espera, llegó la delegación proveniente de México y me integré con ellos. A pesar del cansancio, fuimos sorprendidos ante la hospitalidad y cordialidad que nuestros anfitriones nos proporcionaban, era fácil ver que también estaban muy alegres de vernos y trataban de hablar en español con nosotros.

Estábamos cansados, más los que volaban desde México pues su vuelo había sido ligeramente demorado. Así que dormimos plácidamente en un hotel en el Centro de Thunder Bay, emocionados ante las aventuras que nos aguardarían.
La primera mañana, bajamos a desayunar al hotel y pocos minutos más tarde llegaron nuestros anfitriones y nos llevaron a la Academia Internacional de Tai Chi del Maestro Peng. Entrenamos y aprendimos la forma de abanico que realizaríamos para el Festejo del Cumpleaños 150 de Canadá.
Fuimos a comer a un pequeño bufete italiano y después fuimos a ver las Cataratas de Kakabeka, que significa “Cascada que Cae de un Precipicio” en la lengua nativa Ojibwe.
Después fuimos a cenar a un pub en el Centro de la Ciudad y posteriormente, a descansar.

El 30 de junio, nuestros anfitriones volvieron a pasar por nosotros. En esta ocasión, nos llevaron a conocer el Parque Histórico de Fort William, que es un pequeño parque temático donde se puede aprender sobre los Puestos de Comercio de Pieles que se llevaban a cabo en los años entre nativos Ojibwe y Sioux y viajeros franco-canadienses.
Después fuimos a comer a la Reserva de los Indígenas, donde aún habitan los descendientes directos de los Nativos, se consideran territorios no cedidos a los colonizadores y tienen un modo de vida autónomo con diferente marco legal comparado al resto de Canadá según nos explicaron nuestros anfitriones.
Después de nuestra aventura histórica, estábamos ansiosos por entrenar Tai Chi. Así que fuimos a un lugar majestuoso. El Parque de Tai Chi. Este parque fue construido por el Maestro Peng y marca la hermandad de las ciudades de Thunder Bay y Jiaozuo, cuna del Tai Chi.

El Parque de Tai Chi tiene una puerta de la luna que enmarca al emblema de la Ciudad, el Gigante Dormido de Thunder Bay, símbolo icónico que consiste de una formación rocosa en el Lago Superior. También en el suelo, se puede observar el símbolo del Tai Chi, el Yin y el Yang con su respectivo camino de en medio.
Entrenamos un par de horas y después, fuimos a cenar. Nos sentíamos muy dichosos y felices de poder compartir con nuestros hermanos canadienses una de las celebraciones más importantes de su país. El Maestro Peng dijo que pronto ellos serían los que visitarían México para hacer Tai Chi en el Día de la Independencia como marco de nuestra amistad.
El 1ro de julio llegó. Desayunamos rápido y nos reunimos con otros estudiantes de Canadá. Hicimos formaciones que representaran un “150” dado que Canadá cumplió 150 años. Llegó la prensa y el Maestro Peng nos dirigió en todo momento para hacer la forma de abanico lo mejor posible. Siempre con el lema de que trabajamos en “Salud, Alegría y Amistad”. Nos sentimos felices y orgullosos a la vez de honrados de haber tenido esta oportunidad. La mayoría de los representantes del Templo Shaolin de México se integraron al grupo avanzado y realizaron la forma completa, con la precisión y elegancia que el Tai Chi requiere.

Después de la presentación, fuimos a comer a un pequeño restaurant finés. Esta zona nórdica de Canadá tiene una amplia historia de relación con los vikingos y con países nórdicos de Europa, entre los que destaca Finlandia, entonces, hay muchas pequeñas tiendas y locales con este sabor. Después, fuimos a dar un paseo en velero por el Lago Superior, que fue bastante relajante y que nos permitió ver a la ciudad desde el Lago.
En la noche, nos esperaba una celebración grande por el día de Canadá y volveríamos a presentar el Tai Chi con el abanico.
Nos reunimos en el Parque de Tai Chi donde algunos representantes del Templo Shaolin fueron animados a presentar sus formas de Kung Fu también. El Maestro Peng y sus alumnos presentaron su forma de Tai Chi con un bastón de hockey, una forma que combina el arte ancestral chino con la pasión canadiense por este deporte. Después disfrutamos de un despliegue de fuegos artificiales y nos fuimos a descansar.

El domingo era un día triste porque debíamos partir a Toronto y dejar a Thunder Bay junto con nuestros anfitriones, guías, amigos y hermanos. Afortunadamente, tuvimos la oportunidad de tener una última actividad con ellos y fuimos al monumento de Terry Fox. Terry Fox fue un atleta canadiense muy famoso pues era un humanitario y activista por la investigación del cáncer. Se embarcó en correr desde el este hasta el oeste de Canadá, a pesar de tener una pierna amputada, para recaudar fondos y crear conciencia sobre esta enfermedad. Después fuimos a un pequeño parque donde había un río y finalmente fuimos a almorzar en un restaurante chino.

Finalmente, partimos al Aeropuerto con dirección a Toronto.
Una vez en la gran ciudad Canadiense, fuimos a comer sopa vietnamita o pho. Caminamos un poco y después nos dirigimos a descansar.

El 3 de julio pasaron temprano por nosotros al hotel, el Maestro Yi había coordinado que tuviéramos un magnifico paseo por los viñedos de uvas congeladas y a las Cataratas del Niágara. También tuvimos la oportunidad de caminar unos minutos en la Villa de Niágara y de comer en un restaurante donde la vista a las cataratas era inspiradora. Fuimos en el pequeño barco a conocer estas cataratas y fue una experiencia muy divertida. Todos estábamos mojados y riendo. Seguíamos con el lema del Maestro Peng tallado en nuestros corazones.

Regresamos a Toronto en la noche y nos aventuramos en las calles cercanas al hotel para encontrar la cena.
El 4 de julio todos partiríamos a nuestras respectivas ciudades. Era un poco triste. Aún así, en la mañana nos fuimos a explorar la ciudad a pie y después unos fueron a conocer el Barrio Chino y otros fuimos al Museo Real de Ontario donde había una exposición de las ballenas azules, y donde tienen el único esqueleto completo de uno de estos ejemplares. Fue muy educativo.
Al final de la visita en el museo, tuve que irme pues mi avión para regresar a casa partiría de otra ciudad. Mis hermanos Shaolin disfrutaron un par de horas más de la ciudad.

Quedé muy agradecida con el viaje, poder verlos a todos y poder ver como mis hermanos han crecido en su entrenamiento, se nota el esfuerzo y la dedicación que le ponen cada día. También, estuve muy agradecida con el Maestro Yi por organizar este tipo de convivencias donde todos los días vivimos en acción con lo que predicamos, “Salud, Alegría y Amistad”.

Amitabha!

  • Por Socorro Dominguez