El Arte del Win Chun
El legado de un estilo de lucha
Por Guillermo García Salmorán
Existen muchos estilos de Kung-Fu y cada uno con características propias para la defensa personal, aunque muchos de ellos con técnicas obsoletas, pero de entre todos estos estilos sobresale uno por poseer peculiaridades propias de un estilo eficaz para la defensa personal aún en nuestros días. Se trata de un estilo que fue creado hace más de 400 años en el Templo Shaolin sobre la Montaña de Songshan en la provincia de Henan. Este estilo de Kung-Fu—el más famoso del mundo— se llama Wing-Chun y su fama se debe, sin lugar a dudas, al celebre Bruce Lee por ser quien lo trajo a Occidente y lo enseñara a personas no chinas, algo que en aquella época estaba totalmente prohibido, porque según los chinos esto les daría una gran ventaja contra los occidentales por si tuvieran que enfrentarse en una guerra.
El Origen
Cuenta la leyenda que el Wing-Chun fue creado por una monja budista del Templo Shaolin, Ng Mui, quien desarrolló este simple, rápido, lógico y científico arte de lucha a raíz de observar la lucha entre una grulla y un zorro. La monja quedó impresionada por la habilidad de estos animales, ya que mientras el zorro atacaba, la grulla interceptaba los ataques y contraatacaba con su pico. El resultado de esta observación no pudo ser mejor: un estilo muy completo y práctico a la vez. Sin embargo, este relato no es aceptado por algunos expertos del tema, ya que dicen que la mayoría de los estilos de Kung-Fu se crearon con base en la observación de la lucha entre animales y aseguran que Ng Mui modificó su estilo de Shaolin que había aprendido en el templo, el cual consistía en posiciones bajas y fuertes, para que pudiera ser utilizado por cualquier persona, incluso por aquéllas que no eran muy fuertes físicamente. Existe otra versión más, la cual dice que su origen fue otro y no éste. Según esta otra versión, afirma que la creación de este etilo se debe a los grupos clandestinos que se reunían en una aldea llamada Wing-Chun y que desde allí planeaban su estrategia en contra del gobierno de esa época.
La historia nos dice que Ng Mui fue una de los cinco monjes que lograron escapar cuando el Templo Shaolin fue atacado y quemado por las tropas enviadas por el gobierno Manchú, debido a que se enteraron de que mucha gente china se organizaba en grupos clandestinos que estaban en contra de ellos. Muchos de los que pertenecían a estos grupos rebeldes eran practicantes de algún estilo de Kung-Fu, los cuales se refugiaban en el famoso Templo Shaolin. Esto hizo que los manchúes atacaran Shaolin, quemando el templo y matando a los que habitaban ahí. Pero, ¿cómo fue que pudieron hacer esto? Claro, tuvo que haber alguien que los ayudara a realizar su maquiavélico plan y fue un monje Shaolin, de nombre Ma Ning-Yee, quien con ayuda de otros monjes traicionaron a sus compañeros. Esto pudo haber acabado con la tradición de Shaolin para siempre, pero por fortuna no fue así.
La monja Ng Mui, después de escapar de la destrucción de su templo se refugió durante mucho tiempo en el Templo de la Grulla Blanca en el Monte Tailiang. Fue en este lugar donde conoció a Yim Yee y a su hija Yim Wing-Chun, una chica joven y bella que atraía la mirada de muchos varones. El padre de Yim Wing-Chun fue acusado injustamente de un crimen que no había cometido y para evitar ir a la cárcel, decidieron fugarse de su lugar natal. Estuvieron deambulando por algún tiempo hasta que decidieron quedarse en el Monte Tailiang, donde para ganarse la vida empezaron a vender comida. Ng Mui frecuentemente les compraba comida y, como era de esperarse, fueron entablando cada día que pasaba una relación más estrecha.
La belleza de Yim Wing-Chun provocó que un bandido local la estuviera acosando insistentemente, al grado de forzarla a casarse con él. Yim Wing-Chun, quien apenas contaba con 15 años de edad, no tenía ningún interés en casarse con un bandido; éste al saber la negativa de la chica empezó a amenazarla para ver si así lograba su objetivo. Todo esto llegó a oídos de Ng Mui, quien decidió ayudar a la bella joven y comenzó a enseñarle el estilo que había creado. La joven siguió a la monja hasta las montañas para aprender el estilo de lucha. Entrenaba día y noche sin cesar, lo cual la fue haciendo una persona más segura de sí misma. Fue hasta que dominó las técnicas cuando se decidió a desafiar al bandido que la estaba acosando. Confiado en que vencería fácilmente a la chica, el bandido aceptó el reto, sin embargo, se llevó una sorpresa al verse derrotado por la joven que tanto había estado amenazando. Fue así como la joven logró que su acosador la dejara en paz. El estilo que había utilizado no había recibido nombre cuando fue creado, pero en honor a su alumna, Ng Mui decidió llamarlo Wing-Chun, nombre que significa “Bello Tiempo de Primavera”.
Después de esto, Ng Mui siguió su camino y se dice que se dedicó a viajar por todo el país como monja errante, no sin antes pedirle a su alumna que siguiera entrenando y que continuara desarrollando sus habilidades marciales, para que así pudiera pasar sus conocimientos a futuras generaciones. Este era el deseo de la monja y su alumna no la decepcionó, ya que después de casarse le enseñó su arte marcial a su esposo Leung Bok Chau. De esta manera el estilo no moriría y se conseguiría seguir con la tradición de las artes marciales. El esposo de Yim Wing-Chun le pasaría el estilo a Leung Lan-Kwai, quien a su vez le enseñó a un actor de la ópera china del Junco Rojo, Wong-Wah Bo. Se dice que allí estaba otro monje que había logrado escapar de la destrucción del Templo Shaolin y que se hacía pasar por un cocinero para ocultar su verdadera identidad y no fuera capturado por las tropas del gobierno Manchú. Su nombre era Jee Sin y él fue quien le enseñó a Leung-Yee Tai una técnica de palo largo, que después se incorporaría al estilo de Wing-Chun.
Posteriormente Leung Yee Tai transmitió sus conocimientos a Leung Jan. Según cuenta la historia, Leung Jan tuvo muchos retos y de todos éstos siempre salió airoso, debido a su gran pericia en el Wing-Chun. Fue tan bueno que se ganó el mote de “el rey del Wing-Chun”. Además de ser un gran peleador, era un médico de gran prestigio en Fut Shan en la provincia de Kwangtung. Poco tiempo después, Leung Jan le enseñaría a Chan Wah Shun, quien fue el primer maestro del legendario Yip Man. Cabe mencionar que Yip Man tuvo otros maestros que terminaron de enseñarle el estilo creado por Ng Mui, entre ellos se encontraba Leung Bik, el hijo mayor de Leung Jan.
A partir del gran maestro Yip Man, el Wing-Chun daría un giro importante para su historia. En 1900 Yip Man se mudó a Hong-Kong y ahí tuvo varios alumnos destacados como Wong-Shun Leung, Moy Yat (ambos ya fallecidos) William Cheung, Bruce Lee, Hawking Cheung, Víctor Kan y Leung Ting. Éste último quizás el más renombrado a nivel mundial, y quien posee una de las organizaciones más fuertes del mundo, no sólo de Wing-Tsun (como él así denomina a su estilo) sino de todas las artes marciales. La mayoría de los alumnos destacados de Yip Man modificaría ligeramente el estilo que habían aprendido para adaptarlo a sus preferencias personales, de acuerdo a sus propias experiencias en peleas reales o de cómo asimilaron lo que aprendieron de su maestro. Se trata de una visión distinta de un mismo sistema y todas son válidas, porque cada estilo modificado aporta algo diferente e interesante. También por este motivo existen diferentes denominaciones de un mismo estilo. Por ejemplo: Wing-Chun, Ving-Tsun, Ving-Chun, Wing-Tsun; sin embargo, todos tienen los mismos principios básicos del sistema original. Además de que la pronunciación cantonesa para este estilo es Wing-Chun, Ving- Tsun, etc., pero en mandarín se pronuncia Yung Chun. Empero, en el mundo se conoce más la pronunciación cantonesa.
Arte marcial no deporte
Las artes marciales fueron creadas en tiempos de guerra y por ese motivo se desarrollaron para aprender a defenderse contra los agresores que querían causar daño. Su propósito principal era sobrevivir en un combate real; las artes marciales no se crearon como deporte ni como parte de un espectáculo, sino para defenderse a uno mismo, a la familia o la patria si fuera necesario. No es lo mismo pelear por un trofeo o reconocimiento en un torneo donde hay reglas y se protege a los competidores que pelear en la calle por la integridad física.
El Wing-Chun se mantiene como un sistema de defensa personal, a pesar de que ya pasaron más de 4 siglos desde su creación. Es rápido, explosivo y, lo más importante, efectivo con movimientos económicos para la pelea callejera. Una de sus características más sobresalientes es la de los ataques consecutivos dirigidos a la denominada línea central, atacando los puntos más vulnerables del cuerpo humano. En el Wing-Chun no existen las posturas elegantes y complicadas ni técnicas bonitas que en una situación de pelea real no servirían de nada. El Wing- Chun tiene una visión realista de la lucha en la calle, y únicamente se aprenden movimientos útiles para una confrontación. Además, su práctica no requiere que la persona tenga cualidades especiales, porque es un sistema que se adapta a cualquier persona no importando su sexo, edad o condición física. En este estilo no son necesarias las patadas altas, ya que no son útiles en situaciones de defensa personal. Por tal motivo, el Wing-Chun pone total énfasis en las patadas bajas que son prácticas para situaciones reales de defensa personal.
Otra característica importante de este estilo es que se puede aplicar en cualquier momento o lugar, o sea que para defenderse con Wing-Chun no se necesita pelear en un espacio muy amplio. Este estilo se creó para la pelea en corto y tampoco necesita de la fuerza bruta para vencer al oponente. Estos son algunos puntos que hacen diferente al Wing-Chun de los demás estilos de artes marciales, que desde mi punto de vista personal son muy respetables y pueden ser tan buenos como el Wing-Chun. Debido a estas características este sistema goza de gran fama a nivel mundial y se encuentra entre los estilos más efectivos de defensa personal. Los agentes de la CIA o a los ejércitos más importantes del mundo han aprendido este singular estilo para incorporar sus técnicas a sus estrategias de combate.
Otros de los beneficios adicionales que los practicantes de Wing-Chun adquieren con su práctica constante es que les ayuda a fortalecer su corazón, les aumenta la fuerza, mejora los reflejos y la autoestima, controla el estrés y los hace unas personas más seguras de sí mismas. Wing-Chun, Ving-Tsun, Wing-Tsun…es un sistema completo que no sólo aporta habilidades para la defensa personal, sino que también beneficios físicos para llevar una vida más sana. Creo que tanto la creadora (o creadores) como los antiguos maestros jamás se imaginaron que este estilo llegaría a ser tan famoso y que gracias a sus características propias sea considerado como un método realmente efectivo de defensa personal, pero aunque el estilo sea muy bueno no es éste el que hace al peleador, hay que entrenar mucho y de forma realista para que si se llegara a presentar una pelea real, el estilo sea efectivo y se logre salir airoso de dicha confrontación.
Debido a que se ha comprobado que el estilo es muy efectivo para la defensa personal, varios practicantes de los más destacados maestros han desarrollado otras ramas o sub-ramas del Wing-Chun y cada uno enseña su propio estilo de acuerdo a como cree que funcionará mejor. Ejemplos hay muchos y creo que cada día surgirán más, aportando algo nuevo para las futuras generaciones que deseen aprenderlo; no se puede decir que uno es mejor que el otro hasta que se compruebe lo contrario. Sin embargo, todas estas nuevas ramas que han surgido tienen su base en un estilo que ha comprobado ser uno de lo más efectivos de todas las artes marciales. Lo más trascendental de todo esto no es cuántos estilos de Wing-Chun existen, sino el legado que Ng Mui dejó a todo el mundo.
Ng Mui desarrolló este simple, rápido, lógico y científico arte de lucha a raíz de observar la lucha entre una grulla y un zorro. La monja quedó impresionada por la habilidad de estos animales, ya que mientras el zorro atacaba, la grulla interceptaba los ataques y contraatacaba simultáneamente con su pico.
La belleza de Yim Wing-Chun provocó que un bandido local la estuviera acosando insistentemente, al grado de forzarla a casarse con él.
Leung Jan tuvo muchos retos y de todos éstos siempre salió airoso, debido a su gran pericia en el Wing-Chun. Fue tan bueno que se ganó el mote de “el rey del Wing-Chun”.
Las artes marciales no se crearon como deporte ni como parte de un espectáculo, sino para defenderse a uno mismo, a la familia o la patria si fuera necesario.
En el Wing-Chun no existen las posturas elegantes y complicadas ni técnicas bonitas que en una situación de pelea real no servirían de nada.
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